Opinion

El sistema electoral en España

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El artículo que se puede leer a continuación se publicó antes de las Elecciones Generales del pasado mes de Abril. En él se explica de una forma accesible cómo es el sistema electoral en España y por qué algunos lo consideran "injusto", e incluso apuestan por cambiarlo. El artículo se remite a datos técnicos, aunque también aporta cierta opinión del autor.

Las elecciones generales, se regulan íntegramente por la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), aprobada en el año 1985 y modificada en 2011. Esta ley regula aspectos como quién tiene derecho a votar y quién tiene derecho a presentarse a las elecciones; cómo se forman y funcionan las Juntas, Mesas y Secciones Electorales, así como el censo electoral; la presentación y proclamación de los candidatos; propaganda y actos de campaña electoral; la financiación; incompatibilidades; delitos electorales, etcétera.

Sin entrar demasiado en detalle en la conocida Ley D´Hont, que es simplemente la fórmula matemática que da los escaños según los votos recogidos, vamos a intentar explicar básicamente el resto del sistema. Sobre esta ley matemática simplemente, habría que destacar que da siempre preferencia relativamente más alta que la proporcional, a los partidos más votados en detrimento de los perdedores. El objetivo es buscar la gobernabilidad y evitar que el Parlamento se convierta en un especie de archipiélago de pequeñas fuerzas políticas.distribucion diputadosDistribución diputados por provincias para las próximas Elecciones Generales 2019. Fuente "Wikipedia"

Para determinar quiénes serán los 350 diputados del Congreso, primero se establece una división territorial en 52 circunscripciones: las 50 provincias españolas más las dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla. Cada una de estas circunscripciones o provincias, tiene asignado un número determinado de diputados, dependiendo del número de habitantes, con un mínimo de 2 diputados (excepto Ceuta y Melilla que tienen sólo uno). La única provincia con el mínimo (2 diputados) es Soria. Regiones pequeñas como Guadalajara, Cuenca, Huesca o Teruel y otras, ya eligen a 3 diputados. Madrid, que es una de las grandes, en este caso, elegirá a 37 diputados.

Básicamente el detalle que muchas veces se pasa por alto es que las Elecciones Generales, a pesar de su carácter nacional, se juegan individualmente en cada provincia. En el fondo, es una disputa eminentemente provincial.

Una vez obtenidos los resultados en escaños provinciales, éstos se suman todos y así se obtiene el resultado a nivel nacional. En global, uno de los efectos que provoca la suma de Ley D´Hont + circunscripciones provinciales, es que los votos en las provincias pequeñas valgan mucho más que los de las provincias grandes.

Como ejemplo, en una provincia como Soria con 2 diputados, sólo podrían obtener representación el 1º y puede que el 2º de los partidos (si no hay mucha diferencia de votos). El resto de votos emitidos para otras formaciones en esa provincia, independientemente de su nombre, o el número de votos en ésta u otras provincias, literalmente, “no se tienen en cuenta”. De hecho, es como si no hubieran existido. Un escaño en Soria se obtuvo en las elecciones del año 2015 con sólo 12.280 votos, mientras que para obtener uno en Madrid hicieron falta casi 90.000.

El efecto colateral del sistema es el premio a los partidos regionalistas y nacionalistas, que sólo se presentan en sus zonas de influencia. Sobre el papel, se ven muy claras estas características del sistema electoral. Los siguientes datos son de las Generales de 2015... Por ejemplo, Coalición Canaria, con tan sólo 81.750 votos, obtuvo 1 diputado en el Congreso, pero UPyD, con casi el doble de votos (153.505) a nivel nacional, se quedó sin ninguna representación. Otro ejemplo claro, es el de IU, que obtuvo la nada despreciable cifra de 923.133 votos a nivel nacional (10 veces lo que Coalición Canaria), y tan sólo 2 diputados, los dos de “milagro”, en la Comunidad de Madrid (donde más “baratos” salen). Esos dos diputados los consiguió con los 189.265 votos otorgados a IU en Madrid, por tanto el resto de votos otorgados por los españoles a IU (unos 734.000), fueron a la “basura” literalmente, no contaron absolutamente para nada.

Sin embargo, hablar de “barato” o “caro” no es del todo correcto y es lo que hacen continuamente todos los medios de comunicación, confundiendo, en mi opinión, al personal. Es mucho más correcto decir que el sistema electoral español desecha, no tiene en cuenta o directamente, “tira a la basura” centenares de miles de votos por diferentes motivos. Para entenderlo aquí va un nuevo ejemplo: si IU, hipotéticamente, en lugar de 923.123 votos, sólo hubiera obtenido los 189.265 de Madrid (en Madrid) y ni uno sólo en ninguna otra provincia, el resultado hubiera sido exactamente el mismo: 2 diputados.

Esta anomalía tiene múltiples efectos. Muchas fuerzas nacionales no gastan demasiados medios en acceder a ciertos puntos de España, sabedores de que su esfuerzo es vano. Esto deja a los ciudadanos de ciertas provincias rehenes del llamado “voto útil”, es decir, voto cautivo a las fuerzas que se sabe que van a ser las mayoritarias, ya que votar a otras opciones es, en el fondo, como votar en blanco.

No entro en valorar si el sistema es justo o injusto, bueno o malo, me limito a explicar el efecto y la pura realidad. El juicio lo deben hacer nuestros lectores. Porque muchos medios de comunicación, para tratar de demostrar la supuesta injusticia o “maldad” del sistema, hacen simulaciones eliminando las circunscripciones y muestran “cómo quedaría” el parlamento con una circunscripción única o cualquier otro invento interesado. Por supuesto es una hipótesis totalmente absurda e irreal. Los partidos regionalistas nunca se presentarían por separado en un contexto de circunscripción única, ya que tienen mucho que perder y se unirían en coaliciones, como de hecho hacen en las Elecciones Europeas. Partiendo sólo de esa premisa, cualquier conclusión a la que queramos llegar con resultados reales, no es válida.

MADRID ESPAÑA 28.04.2019. Los resultados del 28A al Congreso de los Diputados de españa. gana el PSOE. Ñ Pueblo 1 870x478

Además, contra lo que se intenta vender continuamente, no son sólo los partidos minoritarios que se presentan a nivel nacional los únicos “perdedores” de nuestra Ley Electoral. Todos, también los grandes, “pierden” votos por los flecos del sistema electoral español.

Ejemplo:
Resultado (2015) en Soria (donde se jugaban 2 diputados): PP 19.934 (1 diputado); PSOE 12.280 (1 diputado); Podemos 8.267 (0); Ciudadanos 7.821 (0)…
Al PP le hubieran bastado 1 voto más que al PSOE, es decir, 12.281 votos para sacar exactamente el mismo resultado (1 diputado) ¿es justo que no se tengan en cuenta para nada menos que 7.653 votos (hasta sumar los 19.934)? Los votos de Podemos y C´s, a pesar de ser un porcentaje importante en la provincia, directamente se han perdido para siempre ¿es justo?

En general, el efecto de la Ley es que una vez obtenido el último escaño de cada provincia, todos los votos del resto de partidos desde que consiguieron su último escaño, no se tienen en cuenta. Son miles y miles de votos de todos los partidos que se “pierden” en toda España. En Soria no sólo salió perjudicado Podemos y C´s, sino también el PP en un porcentaje similar además ¿Es justo? Pues depende de las opiniones, de los intereses, y del resultado final, está claro.

Quizás la conclusión que se puede sacar es que el sistema electoral actual está hecho a la medida de los partidos que obtienen mayorías en muchos territorios, o en los territorios muy poblados, ya sean estos de corte nacionalista/regionalista o nacionales: PSOE, PP, PNV, ERC,etc. Los partidos nacionales con muchos votos, pero que no tengan grandes mayorías en ninguna provincia (C´s, VOX, IU), nunca se verán proporcionalmente representados a sus votos. Sinceramente no sé cómo clasificar a Podemos, puesto que tal y como plantearon su estructura, entrarían dentro de ambos grupos. reparticion escanos

Muchos de los estrategas de los partidos explotan al máximo los teóricos puntos débiles del sistema. Hasta 2015, la fuerte presencia de los partidos grandes (PP, PSOE) en las provincias pequeñas es una garantía directa de su supervivencia a largo plazo, ya que era muy difícil que nadie más pudiera entrar ahí. En las elecciones de 2015, el PP era prácticamente el dominador en todas las provincias pequeñas. También el PSOE en muchas de ellas. Eso parecía que iba a ser muy difícil de cambiar, ya que como son provincias con muy pocos escaños a repartir, sólo había sitio para la 1ª y como mucho la 2ª fuerza.

Pero sin embargo ese panorama ha cambiado radicalmente en los últimos años. Ante la división de la ideología de centro-derecha en los tres partidos C's, PP y Vox, el dominio del PSOE a nivel provincial es ahora igual o más potente incluso que el del PP en el 2015, un dominio que sin embargo tampoco se traduce directamente en una gran mayoría a nivel nacional, puesto que su porcentaje nacional no llega ni al 30%. En las últimas elecciones de 2019 los partidos, PP, C's y Podemos estuvieron muy cerca y ninguno superó tan siquiera el 20%. La aparición de Vox también en el espectro político con uno 10% de los apoyos complica aún más el reparto de escaños actual. El día 11 de noviembre, en las provincias pequeñas puede haber sitio no sólo para la 1ª y la 2ª fuerza, sino para la 3ª, y dependiendo de la población, incluso para la 4ª. Debido al sistema de reparto que he explicado, la fuerza más perjudicada de estos comicios será probablemente la que quede 5ª.

Otro efecto es que el pacto con fuerzas nacionalistas/regionalistas ofrece escaños extras a “más bajo precio”. Para muestra, de nuevo, aquellas elecciones de 2015, donde teníamos a IU, con sus 923.133 votos y 2 diputados a nivel nacional, cuando uno de los aliados de Podemos, “EN COMÚ PODEM”, había obtenido 927.940 y ¡¡nada menos que 12 diputados!!, 6 veces más con los mismos votos. A falta de mayorías claras, tanto el PSOE como el PP siempre han tenido más fácil pactar con los nacionalistas, a pesar de que otros partidos nacionales tenían más votos, pero no escaños, ya que como contamos, este sistema siempre da esos escaños “más baratos” a los nacionalistas.

Pero con la irrupción de las nuevas fuerzas todo ha cambiado y la gobernabilidad ya no será nunca lo que fue, al menos en el medio plazo. Las mayorías absolutas se han convertido en anacronismos del pasado, pero es que todo apunta a que incluso las mayorías amplias también serán muy infrecuentes. Superar los 120 diputados y ese 30% de voto se antoja cada vez más complicado y hoy más que nunca ser el más votado, no garantiza en absoluto el poder formar gobierno. Los pactos a 2 o incluso a 3 serán la única fórmula para los gobiernos estables, cuanto antes lo asumamos, y nuestros políticos también, mucho mejor...

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